Homenaje a las mujeres afganas.
Si no puedo escuchar música. Y reír a carcajadas. Ni usar pantalones. Ni salir de casa sin que un hombre me acompañe. Si no puedo estudiar. Andar en bicicleta. Usar ropa de colores brillantes. Leer un libro. Ser maestra. Hacer deporte. Perfumarme. Si no me dejan mirar ni saludar a extraños. Ni me dejan salir en un periódico . Ni hacer volar una cometa. Ni darle de comer a un pájaro. Si me cortan los dedos por pintarme las uñas. Si me azotan el cuerpo por amar a quien quiero. Si me insultan y humillan por saltarme las normas o si lavo mi ropa en un lavadero público. Si me da por bailar o me pongo tacones, si me baño en el mar o le grito a la luna en mitad de la noche, si salgo a caminar para estar a solas... ¿Estoy loca? A las mujeres afganas nos cortan las alas sin haber volado y nos arrancan el alma de cuajo. Cada día morimos de dolor, rabia y pena. Queremos mirar de frente a la vida sin bajar la cabeza, alguien debería hacer algo, liberarnos de esta cárcel y poner fin a esta condena.
Texto de un poema de Gloria Bosch
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